miércoles, 21 de mayo de 2008

CAPÍTULO 3: Llegando a Noisehill

La lluvia golpeaba en los cristales, el viento azotaba los árboles. La tempestad estaba llegando a la costa. Menos mal, que hacía media hora que Joana había partido de su ciudad natal para dirigirse a Noisehill, la escuela más prestigiosa del país, la más prestigiosa del archipiélago incluso. Se decía que ahí estudiaban los hijos e hijas de todas aquellas personas importantes del Estado y que era una de las escuelas más solicitadas para los planes de intercambio. Joana sabía la gran suerte que había tenido al ser obsequiada con aquella beca.

Tras dos horas de viaje, la joven llegó. En la estación le esperaba un hombre trajeado, al que enseguida reconoció, por su insignia rojiza, como uno de los chóferes de la escuela. Se acercó a él y tras presentarse el hombre la condujo hasta un elegante coche del mismo color que la insignia que lucía en su chaqueta. Media hora más tarde Joana pisaba el camino empedrado que la conduciría al gran cambio de su vida.

Despues de rellenar todos lo papeles de ingreso de la escuela Noisehill, Joana fue conducida a su habitación. Era una habitación grande, luminosa. Tenía dos camas, una justo delante de la puerta y la otra situada bajo la ventana. Vio que esta última tenía las sabanas sin poner así que supuso que era la suya, por lo que se acercó a ella y se sentó. Entonces descubrió que al lado había una puerta, pensó que sería el baño y se acercó. Fue justo en ese momento cuando la puerta se abrió dándole un susto de muerte a Joana. De entre el vapor que salía del baño apareció una chica en albornoz y con una toalla en la cabeza. Joana todavía no se había recuperado del susto cuando la joven se presentó:-¡Hola! Soy silvia, tú debes de ser Joana, ¿verdad?La joven sólamente asintió con la cabeza timidamente.-Bueno, termino de prepararme y te enseño la escuela.

Las dos jóvenes iban andando por los pasillos de la inmesa escuela.-Esa es la sala de música, hay casi todo tipo de instrumentos, pero básicamente los usan para las actuaciones del colegio-explicaba Silvia a Joana.

Seguían recorriendo la escuela, visitaron el salón de actos, las aulas, el comedor...Visitaron también los terrenos de la escuela, había canchas de baloncesto, de fútbol, de tenis, incluso tenía un minigolf.-¿Y ese edificio que hay ahí?-preguntó Joana señalando un edificio rojo de ladrillos que había tras la cancha de tenis.-Es la residencia de los chicos, nosotras tenemos el paso vedado, igual que ellos tienen vedado el paso a la nuestra. Si te pillan ahí dentro te puede caer una gran castigo-la chica lo decía como si ya tuviera experiencia en ese tipo de castigos-. Bueno, y ahora te voy a enseñar la mejor parte del colegio, la sala de ocio.

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