miércoles, 21 de mayo de 2008

CAPÍTULO 2 - En marcha

Un pitido constante sonaba, no paraba, seguía y seguía sonando en la oscuridad. De repente ella se dio cuenta de qué sucedía: el despertador. De un golpe lo hizo callar.

Eran las cinco de la mañana y Joana, una joven de diecisiete años, despertaba malhumorada. No quería levantarse, sabía lo que le esperaba aquella mañana. No era un amanecer cualquiera, era aquel en que tendría que abandonar su casa, su hogar.- Arriba dormilona, hoy es el gran día-la grave voz de su padre la sobresaltó de tal manera que dio un bote en la cama-.-Papá-exclamó la joven- cuántas veces te he dicho que no entres sin llamar.-Perdón hija, pero no te levantabas. Hoy es un gran día para todos, pero sobre todo para ti.El padre de Joana se marchó de la habitación con la esperanza de que su hija no tardase mucho en levantarse, pero, como él ya suponía, Joana tardó casi una hora en ir, ya vestida y peinada, a la cocina.

-¿Qué pasa aquí la gente no sabe dormir?-otra grave voz asustó a la pobre chica que no ganaba para sobresaltos.Su hermano mayor, Kalab, acababa de salir de la habitación de la lado, todavía desperezándose y con el pijama, por llamarlo así, puesto.-¡Kalab! – esta vez fue Joana la que asustó al resto de la familia-¿No te acuerdas de qué día es hoy?- No, ¿debería?-dijo el muchacho con tono bromista, algo que a su hermana no le sentó muy bien, o por lo menos eso decía su mirada- Que si, tranquila, ya se que día es hoy. Hoy nuestra niñita se va-exclamó mientras le cogía de los mofletes como solía hacerles una tía suya.Joana se quitó rápidamente a su hermano de encima y con una mirada fulminante hizo que éste se fuera rápidamente a preparar. Mientras, padre e hija comenzaron a desayunar.

-¿Ya tienes todo preparado, Joana? -Sí, papa, ayer me preguntaste lo mismo tres veces. Tranquilízate, tampoco me voy para siempre.-Lo sé, hija, pero no sabes lo orgulloso que estoy de todo esto. Vas a ser la primera en tener la oportunidad de ser alguien.-Papá, vosotros sois alguien-dijo la joven sintiéndose mal.-Sí, pero tú vas a ser más. Esta beca lo es todo, te vas a la mejor escuela del país. Eso te dará grandes oportunidades para tu futuro.-Lo se papá. Pero no quiero ponerme sentimental, todavía me queda un año para terminar el colegio-señaló Joana, a la cual no le gustaba hablar mucho de ese tema.-Por eso, hija, quiero que aproveches al máximo esta oportunidad que te han dado-dijo su padre mientras le cogía la mano dándole ánimos.-Papá, ¿ya te has puesto moñas?-exclamó Kalab desde la puerta- La estás asustando. Venga y vámonos ya que vas a perder el tren.

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